30 de noviembre de 2016

Cuando me enamoro

Sí. Has leído bien. Me enamoro. Yo. Vega. Enamo-¿qué? ¿Tú? Sí, yo.

Me he enamorado.

Y mucho. Y muy fuerte. Y muy real.Y… (de nuevo)… ha sido de una ciudad.

Eso ya es otra cosa, ¿verdad? Bastante más creíble.  ¿Vega enamorándose de ciudades? Nah, nunca. ¿Vega queriendo vivir en todas las ciudades que visita? Que vaaaaa.

Pero es que esta es especial. Esta tiene algo. Tiene algo que me atrae. Y es que es diferente. Es diferente a las que he visitado antes. Es una mezcla. Un mezcla de vidas. De culturas. De arquitectura. De sensaciones. De sentimientos. Es una mezcla. Y  me gustan las mezclas. Porque tienes de todo. De todo en poco espacio. Y no es una broma. Que no. Que en esta ciudad de la que os hablo he visto América, China, Italia y África en un radio de cinco kilómetros cuadrados. No es ninguna broma. La pura realidad. Es como vivir en una película. Esa típica película americana. Con todas las casas de colores. Estrechas y preciosas. Situadas en enormes colinas... Eso es San Francisco. Una película.






Aunque he de decir que no todo es positivo. Hay más contrastes. No solo culturales. No ha sido eso lo más impresionante. De hecho, ha habido algo que me ha impactado. Y mucho. Y es uno de los (pocos) puntos negativos que veo a esta ciudad. He visto la pobreza más absoluta y una riqueza impresionante en cuestión de dos calles. Dos-calles. Sí. Así de triste. Así de doloroso. Y lo peor. La pasividad de la gente. ¿Cómo puede la gente pasear por esas calles repletas de gente sin hogar, durmiendo en la calle, y con sus bolsas de Macy’s en la mano llenas de ropa de marca? ¿Cómo no puede caérseles la cara de vergüenza? ¿Cómo no se les encoje el corazón?

Y es que creo que he visitado la ciudad en un momento clave del consumismo y materialismo americano. El Black Friday. No podéis imaginar las avalanchas de gente en las tiendas. No poder pasar por ciertas calles porque están rebosantes de personas gastando su dinero sin control. Sólo porque hay rebajados algunos artículos. Sí, algunos. Porque ni siquiera son todos. Cuatro artículos de hace 6 temporadas y que no ha habido forma de vender antes. Y la gente pegándose por ellos. Todo muy absurdo. Todo muy ridículo. 



Es cierto que es doloroso y triste ver esa situación. Pero la ciudad, aparte de eso, es una de las más bonitas que he visto. Una ciudad de película. Totalmente de película. Y es que muchas, pero muchas películas han sido grabadas en San Francisco. En sus calles empinadas. Llenas de colinas. Me río yo de las 7 colinas de Lisboa. Me río yo de Seattle y de Bellevue.



Nunca. Nunca. Pero NUNCA-EN-LA-VIDA he sufrido tanto para llegar de un punto a otro. 
Dos puntos que en el mapa parece que están a una distancia insignificante. Y de repente en esa mínima distancia tienes que subir y bajar 8 colinas distintas. Y no pequeñitas exactamente. “NO HAY DOLOR, MIRA QUÉ PIERNASAS VAS A TENER CUANDO ACABE EL DÍA”. Y ahí estoy yo. Subiendo y bajando. Bajando y subiendo. Haciendo 22 kilómetros por día. Y que a alguien se le ocurra cuestionarse si estoy en forma. Que acabaré como una foquita este año. Pero una foquita que puede con San Francisco A PIE. Sin tranvía,, ni autobús, ni nada de nada...¡a dolor vivo!



Y es que es una ciudad que merece la pena patear. Es una ciudad por la que HAY que perderse. Es una ciudad en la que subir colinas merece la pena. Y llegar a la cima. Y ver la bahía. Y ver el resto de la ciudad a tus pies. Es una ciudad que enamora. Simple y llanamente.



Eso sí. ¿Recordáis el verano que había vivido los dos primeros días? El día que fui a San Francisco voló. Se esfumó. Chao. ¡Adiós verano!. Y, sin más, llegó el invierno. Llegó el 25 de noviembre. No iba a tener tanta suerte. No. Eso no me pasa a mi. Y lluvia. Y viento. Y frío. Y caminar y más caminar sin parar. Pero eso no fue impedimento para enamorarme....





Ferry building. Peer 39. Fisherman’s Wharf. Ghiraldelli square. Hyde Street. Lombard Street (la calle más sinuosa “del mundo”). Union Square. Barrio chino. Barrio italiano. Coit ower. Barrio africano. Cena en el restaurante de Forest Gump. Vistas impresionantes al Bay Bridge. Primer día superado.



Golden Gate Bridge. Baker Beach. Lands End. Golden Gate Park (una "mierda" de park, que no os engañe el nombre; es más un parque nacional. Yo me imaginaba una especie de Retiro y ...nanai, una locura lo enorme que es). Haighs Street. Bacon Bacon (gracias Enriquito por cuidar de la salud de tu hermana y recomendarle la hamburguesa más -calórica y deliciosa- del mundo, con bacon empanado). Castro. Dolores Park. Tarta de limón (que no le llega ni a los talones a la tuya, Chusita) en Tartine Bakery. Banana Slipt. Twin Peeks.


Y como podéis observar. No he parado de comer. No-he-parado. Y, como podéis observar, todo super healthy y saludable. Pero me lo he merecido. ¡Que he caminado un montón! Así que nada de juzgar.





En definitiva. Ha sido un viaje increíble. Y recomiendo San Francisco como lo que más. Así que… Mamá. Enrique. ¡Venid a San Francisco!. No a Nueva York. Que yo quiero volver. Y la próxima vez… BAÑARME. Que esta vez ni me he atrevido del frío que hacía (siento decepcionaros Mariana, Alba, Juanamary, Maialen… no era posible, la próxima vez, prometido).

¡Buenas noches/días/tardes a todos!


Cuando como pavo por primera vez

Vuelta de mi viaje a San Francisco. Y tanto que contar que no sé ni por donde empezar. Por el principio es lo mejor, quizá. Pero ya han pasado varios días y se mezclan los recuerdos. Sí ... ya sabéis.... mi memoria. ¡Maldita memoria!. O bendita, según desde donde lo mires... Así disfruto de las cosas dos veces. O tres. O incluso cuatro si me lo propongo. Pero en estos momentos que tengo que recapitular... Es taaaan frustrante... Que si cine, que si continenta, pavo, apple pie, verano, invierno (sí, los dos a la vez), palomitas, monopoli, llenez, gordura... Lo dicho. Que mezclo todo. Pero voy a intentarlo. 

Primero debo aclarar un aspecto: mi viaje a San Francisco de 4 días no ha sido exactamente un viaje a San Francisco de 4 días, sino que han sido dos días de experiencias familiares ameri-colombianas y dos días de San Francisco.

En esta entrada voy a centrarme en los dos primeros días (mayormente porque si lo hago en los cuatro la chapa que os cortaría sería muyyyy importante).
Toda mi familia de Seattle hemos ido a pasar Acción de Gracias con la familia de Carlos, mi hostfather, que son colombianos, a San Francisco. Y allí llego yo con mi abrigazo. Que se note de donde vengo. ¡Y QUÉ CALOR HACE!. Es verano en San Francisco...Guauuuu. ¿Por qué mundo cruel? ¿Por qué me has mandado a vivir en la lluvia constante? Noruega, Budapest, Comillas, veranos asturianos....lluvia, lluvia, lluvia y lluvia...Si sabes que el verano y el sol me pueden...
California. Ya me has enamorado, y solo he visto la entrada del aeropuerto.



Y como buena bienvenida a California...¡ burrito para comer!. Un burrito enorme. E-NOR-ME. Lleno de cosas. Miles. Muy muy mexicano todo. Porque resulta que cuando vas a un mexicano aquí, ya sea bar o restaurante, los Nachos los regalan. Siempre. Nachos con salsa (que luego también puedes pagarlos para que te los pongan con otras cosas, pero teniendolos gratis... ¿para qué mas?). A sí que ya sabéis: en América, si vais a un mexicano... NO PIDÁIS NACHOS. 

El resto del día se basa en disfrutar de la familia. Y hacer hueco en el estómago para el pavo, que tiene el tamaño de un balón de baloncesto.
Conversaciones largas. Un poco de televisión... y CARTAS. Y no cualquier tipo de juegos. No. El juego. Continental se llama, "El juego de los Pinto". Cuesta pillarlo. Demasiadas reglas. Muchísimas. Pero es súper divertido.
Risas. Música colombiana sin sentido. Dinero de por medio... y... VEGA GANA. Ole olé y mil veces olé. La suerte del principiante. ¡Toma ya!. Me encanta esa suerte. Cada vez que queramos jugar a algo deberíamos empezar con un juego nuevo. Es mucho más divertido así....y mucho más rentable.
30$ para mí. Dinero fácil. Mucho más fácil que impartir cualquier clase particular. Creo que me voy a hacer jugadora profesional. Si ya lo dice mi nombre... Mamá, desde que nací sabías lo que iba a venir, ¿verdad? ¡¡¡VAMOS ..... A LAS VEGAS!!!



Y ¡Thanks Giving!. Llegó el día. ¡Qué emoción!. No hay nada más americano. NA-DA. Y yo voy a vivirlo aquí. Ohhhh yeah. 
Para que no se me suba mucho el americanismo a la cabeza, DESAYUNO COLOMBIANO. Eso sí que no me lo esperaba: Quesadillas, Café colombiano y una Sopa de leche, Cilantro, Cebolla, Pan y Huevo (uffff no recuerdo su nombre). Pero estaba DELICIOSA. El caso es que no suena muy apetecible: Sopa con leche. Así suena raro ¿verdad? Eso pensé yo. Pero es una delicia. Solo tenéis que ver la pinta buenísima que tiene e imaginar su sabor...


Vamos a hacer una carrera por un parque para quemar calorías antes de ingerirlas. Verano de nuevo. Calorazo. Tirantes. Pantalón corto. ¡Adoro esto!. No sé si ya lo he dicho pero... QUIERO VIVIR AQUÍ. 



Y lo que faltaba: sesión de cine mientras se hace el pavo. Para entretener a los niños. Cine americano. No me lo creo. Era otra de mis "cosas-que-hacer-en-EEUU". Palomitas llenas de mantequilla. Fresisuis. Nachos. Helado. Cerveza. Vino... Asientos tamaño sillón. Y con mecanismo de mecedora. Hechos para dormirte viendo la película. Y eso que no hemos ido "AL-CINE". Porque parece que hay uno con asientos-cama. Flipante, ¿no?

La película... ¡una pasada!. Y me vuelvo a sentir una niña. Peor que una niña, de hecho. Mis pequeños hermanos no han disfrutado tanto como lo he hecho yo. ¡Soy lo peor!. Pero realmente os la recomiendo: Moana; La nueva película de Pixar. Y lo peor... ahora quiero ir a Hawaii. Tengo unas ganas locas. No voy a poder.....pero ya estoy allí en la imaginación porque no paro de cantar la canción.





Tachán.....¡Llegó el momento!. ¡La hora!. LA CENA. EL PAVO. Con Stuffing (o como se llame a ese pan con especias mojado), Mashed potatos (o puré de patatas), Gravy, Brócoli, Espárragos, Salsa de grosellas, Apple pie, Pumpkin pie, Nata, Helado de proteínas (sí, para que la balanza no suba tanto, jajaja), y miles de comidas RIQUÍSIMAS. Pero de nuevo... los americanos son muy exagerados. Llevaban un mes preparándome para la comida más grande del año. La más grande. "Verás Vega, no vas a poder ni moverte después". "Es una locura lo que se come". "No vas a dar crédito de lo que vas a ingerir Vega"... 


Comí mucho, pero hay una cosa que me ha quedado muy clara: EN ESPAÑA SE COME MÁS EN NOCHEBUENA/ NAVIDAD/ NOCHEVIEJA/ AÑO NUEVO, QUE LO QUE SE COME EN THANKSGIVING.




Lo dicho,  futuros auxiliares: NO os dejéis engañar. NO es para tanto. No tenéis que preparar vuestros cuerpos durante un mes para esto. NO NO y NO. Comed todo lo que queráis antes. Porque sobreviviréis.

Eso sí. Está todo buenísimo. Y es el día que más cosas nuevas he comido en mi vida: pavo ( nunca había comido pavo asado, y está más rico que el pollo), apio, sopa colombiana, stuffing (o eso), gravy... muchas cosas (se me han olvidado la mitad, para variar).

Siento haber tardado tanto en escribir. Me moría de la pereza. Literal.

En la próxima entrada contaré mis dos días en San Francisco. La ciudad que me ha enamorado. Que me ha vuelto loca. Y en la que quiero vivir (sí, otra ciudad en la que quiero vivir para añadir a mi lista infinita de ciudades en las que voy a vivir cuando sea mayor...).

PD: ¡HACE YA UN TIEMPO QUE AQUÍ ES NAVIDAD! Y las casas están súper decoradas. Y en Bellevue hay "Cabalgata" (lo pongo entre comillas porque es una cabalgata que no se mueve) TODAS LAS NOCHES. TO-DAS. Y estoy muy emocionada. Enrique, solo pienso en tí. Morirías por esto. Mo-ri-rí-as. ¡¡Solo pienso en tí!! ¡¡Con lo navideño que tú eres!!!
Oh, y para colmo de adornos y decoración, mi familia me ha entregado mi propio árbol de Navidad que tengo EN MI HABITACIÓN.

22 de noviembre de 2016

Olympic National Park. Día 3: Cuando el día sale redondo. Cual Donuts.

No os lo váis a creer. Un día. Solo ha pasado un día. Y ya estoy escribiendo otra vez. Lo avisé... No debería sorprender tanto. Pero ya sabemos que la vagueza me suele poder. Y las cosas que digo que haré el día siguiente pasan a hacerse en una semana o dos. Pero no esta vez. Que estoy deseando contaros nuestro mejor día de viaje.

Os pongo en situación: Sábado de la semana pasada. Olympic National Park. Forks concretamente.


Hemos pasado la noche en Grandma's house y vamos a conocer la costa pacífica del Estado de Washington. El océano Pacífico. Océano Pacífico. Buah. Suena tan a "lejísimos de casa"... Realmente nunca había pensado en ir a visitar el Océano Pacífico. Pero aquí estamos. Y está a 20 minutos en coche de Forks. No podemos perdérnoslo. Además, aquí está la playa en la que Jacob salva a Bella en Crepúsculo. Y el acantilado desde donde salta Bella... MEN-TI-RA. Otra vez nos han engañado. Y nosotros tan ilusionados...
¡Oh si! Vamos a la First Beach. Es en la First Beach...

Pues ni First Beach ni nada. Pero allá vamos igual. Pasando primero por La Push, un pequeño pueblo indígena donde viven nativos americanos. Todo es muy indio en la zona. Casinos. Totems. Personas con rasgos indios... Da la sensación de que cualquiera puede convertirse en hombre lobo (cada frase que escribo  me siento más friki, no se por qué). El tiempo es horrible. Llueve a cántaros. Diluvia. Y hay un viento alucinante. Pero nosotros vamos a la playa. Con intención de nadar en el Pacífico, de hecho. Menudos valientes. Pero nuestra valentía se queda en palabras. Otra vez... Ni baño en First Beach ni en Second ni en Third. Nada de nada. No hay baño. Nunca he visto unas olas más grandes. Ahora entiendo por qué es una playa de surferos (aunque ni esa suerte tenemos, que ni uno vemos).  


Como hemos madrugado mucho, no hay nadie turisteando por la zona. Estamos solos. Solísimos. Y hacemos hikes. Más hikes. Para variar también. También preciosos. Verde y más verde. Árboles y más árboles. Y al final... más playa. Playas llenas de troncos. Llenas. La playa no tiene arena. La playa no tiene rocas. La playa no es playa. Son SOLO troncos. Dicen que vienen del rainforest. Caen por tanta lluvia y los lleva el río hasta el mar. Pero millones. Una pasada.





Después de tantos hikes sale el sol. Justo al llegar a una pequeña cala (de troncos también) preciosa. Disfrutamos de las vistas un rato (y nos hacemos bien de fotos- gracias María, Lidia, Lara y Sergio por aguantarme). Y a la vuelta... 13534 turistas por nuestro camino. OLÉ OLÉ QUE BIEN LO HEMOS HECHO. 



Oh. Y, por cierto. Hemos estado todo, TO-DO, el viaje arriesgando nuestra vida. Señales de "cuidado-tsunami" se ven cada dos pasos. Vaya riesgo. Madre...



Comemos temprano. A eso de las 12 (que para mí ya no es temprano anymore). Y cogemos el coche de nuevo para ir a Cape Flattery "la esquina del estado de Washinton". Conduzco yo. CONDUZCO YO. Por primera vez en América. Por primera vez en un coche automático. Y seguimos vivos (lo creáis o no). Y lo hice MUY MUY bien (¿verdad Sergio?). 


El plan es ver el atardecer desde allí, porque por primera vez hay sol. Pero llegamos demasiado pronto. Y después de mil intentos de convencer para quedarnos en ese mirador durante 3 horas... Pierdo (de nuevo). Y acabo siendo convencida. Por comida. Claro... Ellos si saben cómo convencerme.




Podemos ir a merendar tortitas con sirope de arce y batido de chocolate en vez de quedarnos aquí...
¡¡PODEMOS!! Fácil forma de convencer. Malditos... Conocen mis puntos débiles. Saben por qué muero. Me han ganado en cosa de 2 milisegundos...

Buscamos de camino de vuelta la típica cafetería americana donde comer tortitas. Pero no existen. No en esta zona por lo menos. Ni una sola encontramos. Eso sí, moteles de carretera en grandes cantidades. Muy muy americanos. De repente... "FOOD". Cartel en la carretera. Rápido. Vamos a ver que es eso. Entramos en una especie de "pueblo"con dos casas. Y en una cafetería completamente vacía nos espera una encantadora mujer super americana que no quiere hacernos tortitas porque "it's not breakfast time". Pues vaya timo. ¿Desde cuándo no se meriendan tortitas? ¿Solo desayuno? "But I have cheesecake and berries pie". Convencidos. Todos. Así de fácil y así de rápido. Y batidos, por supuesto. De chocolate y de butterscotch. Venga, y va otra frikada (por si no había habido suficientes). Lo pedimos de butterscotch porque la cerveza caliente de Harry Potter es "butterscotch beer" y había que saber qué era eso de buttersotch. Resulta que es un sirope.




Con toda la llenez, salimos de la cafetería. Y... Sorpresa. LUNA LLENA. ENCIMA DEL OCÉANO PACÍFICO. NI UNA NUBE. Y la toalla está en el coche. Y llevo el bikini puesto. Resultado: Baño en el pacífico bajo la luna llena. Super romántico todo (aunque nadie se atreve a bañarse conmigo).





Al volver a Forks, María y yo decidimos explorar y enterarnos de por qué la policía estaba allí la noche anterior... ¿Serían los vampiros? ¿Los hombres lobo? ¿Los dos? Cerca de casa hay un vecino. Un señor de unos 60-65 años. Está con su perro. No nos entiende ni una palabra al hablar.

Excuse me... Could you tell us where the grocery store is?
What??
The grocery store.
What do you want? I live very close...
Salt... W want... Some salt?
What?? I can't hear anything (apretándose la nariz y echando el aire por los oídos como cuando montas en un avión) I've been diving at the Ocean today and I can not hear you.
Salt... Salt. We want Salt
Sauce? Food? What is it?
It's ok. Don't worry. Where is the grocery store?
Después de media hora conseguimos que nos diga dónde podemos comprar sal. Y allá vamos. A una gasolinera... Lugar perfecto para preguntar qué pasó la noche anterior. Pero el señor nos para de nuevo. "Tened cuidado caminando solas por aquí. Sobre todo por La Push (oh, si es el pueblo dónde hemos estado hoy) Hay un depredador. Un depredador que rapta, viola y descuartiza a las chicas y a las mujeres. Mi mujer murió hace un mes. Fue él. Fue ese depredador."

A tomar vientos. Si ya era poco raro, se ha superado a sí mismo. Que mal de la cabeza. Loco. Chalado. Muy creepy todo. Pero seguimos nuestro camino. En la gasolinera la sal es demasiado cara. Así que preguntamos por un supermercado. Seguro que hay un supermercado cerca. La dependienta tiene cara rara. Es mayor. Pelo blanco. Y da sensación de haber salido de una película de miedo. Le preguntamos que pasó el día anterior, que estaba la policía al lado de nuestra casa.

Ayer... No. Ayer-nada.
¿Cómo que ayer nada? Y... ¿Cuándo?
No. Ayer nada. Ayer nada.
Ayer no... Vale. Pero... ¿cuándo ha pasado?
Ayer nada. Ayer nada. Ayer nada.
Esta tipa está más loca que el hombre del depredador.
Entonces, ¿qué?
Un bebé. Antes de ayer. Un bebé murió.
Chan channnnnn. Ya tenemos lo que queríamos. Seguro que la policía está investigando. Por eso estaban ayer en nuestro barrio. No ponemos de camino al supermercado (que está "todo recto por esta calle" según la dependienta). Y de repente... JACOB. En un restaurante. Sí. Jacob. Hombre lobo. De Crepúsculo. Chico moreno con rasgos indios, moño alto y muy muy muy guapo. Alucinamos. Pasamos dos veces. Hacemos hasta un vídeo demostración. Una locura. Y nosotras bien frikis. Para no variar.




Y al llegar a casa... La policía de nuevo. Esta vez en una casa diferente. Resulta que el bebé había sido asesinado por su babysitter. Este es un pueblo de locos. Y no hemos conseguido sal. Así que así de bien vamos.

Pero ha sido el día más completo de la vida. Y estamos derrotados. Muertos. Rotos. Pero Sergio nos enseña a hacer sentadillas, para terminar el día con energía.

No se si se me olvida algo. Seguro que sí.

Pero debo ir a dormir. Que mañana madrugo. Y al que madruga, Dios le ayuda. Dicen. Así que al lío.

San Francisco me espera. Y thanks giving. Y pavo. Y mashed potatos. Y gravy (o como se escriba). Y pumpkin pie. Y otras pies de otros sabores. Y miles de cosas. Y 10 kilos de más. Ole olé.

¡Buenas noches dias etc etc.!

21 de noviembre de 2016

OIympic National Park. Día 2: Cuando he escrito esta entrada tres veces

Que sí, mamá. Que ya sigo. Que sí, Tito. Que sí. Si, Mariana. Que os he dejado en ascuas. Que sí. Que como tarde mucho se me va a olvidar... Pero es que se me ha borrado todo. TODO. Lo tenía ya escrito. Lo juro. Con fotos y vídeos y todo. Y se ha ido. De repente.Como si el destino no quisiera que escribiera más aquí. Y casi le hago caso. Casi lo mando cerca. Pero voy a volver a intentarlo. Una oportunidad más...

Refrescando la memoria a aquellos que la tengan parecida a la mía... Hace unos días (bueno, ya más de una semana) comencé a contar mi "long weekend". Mi puente con "planazos improvisados". Mi fin de semana en uno de los sitios más bonitos que he visto hasta ahora.

Conté como nuestro primer día de viaje se había convertido, literalmente, en un día de viaje. Con 6 horas de coche de lo que debían haber sido 3. Y de cómo la máquina de bebidas del Burger King nos había devuelto la alegría de vivir.

Pasamos una corta noche en el Super-creepy Hostal. Después de sustos, risas y televisiones llenas de cámaras de vigilancia, en una habitación tamaño ducha, comenzamos nuestro segundo día, repletos de ganas.


Hotsprings, Ho rainforest y vampiros de Crepúsculo. Son nuestros tres planazos del día. Hotsprings, por si hay alguien por aquí, como yo, y no lo sabe, son aguas termales que proceden de las capas superficiales de la tierra y son ricas en minerales. Lo que había en Budapest, vaya, pero en la montaña. Los dos primeros planes se cancelan. Esa "tormenta" de hace mes y medio que había alterado a todo el Estado no nos deja pasar. Sobre el tercero hay muuuucho que contar. Os dejo con la intriga (otra vez).

Cambio de planes pues. Hurricane Ridge, Marymere falls y Crescent Lake son nuestros planes nuevos (añadiendo los vampiros, claro, que no se habían ido de la lista de cosas que hacer). En nuestro camino al primer destino, nos encontramos con el chiquito guapo que estaba en nuestro hostal. Está haciendo dedo. Vamos hasta arriba de cosas. De gente. De todo. Pero le cogemos. Que parece simpático. Y allá vamos. Los 6 en el mini-coche de Lara. El chico es holandés-canadiense. Y vive en Victoria (Canadá). Muy simpático él. Esquía y Lara se vuelve loca. Ya tenemos compañero de viaje para ir a esquiar a ese sitio tan famoso en Canadá. Yo sigo pensando si debo esquiar. No sé hacerlo aún. Y no quiero romperme nada (mi seguro no cubre nada y si solo si tengo apendicitis ya serían 40.000$, imaginaros romperse una pierna...POBRE). ¿Qué haríais?



Las vistas desde Hurricane Ridge son impresionantes. Y hace un fresquito bastante impresionante también. Pero merece la pena. Caminamos. Coronamos la cima. Nos "cebamos" a cookies y continuamos nuestra aventura.





Después de dejar a nuestro amigo holandés en su ferry y convencer a Sergio de que no vamos a comer en uno de los 4 Jack In The Box que hay en el mundo (la mejor y más barata hamburguesería del mundo), que justo está en frente del ferry, nos vamos a Crescent Lake. El agua más cristalina del mundo. Ni Caribe ni ná de ná. Nos tienen engañados. Yo sueño con bañarme. SUE-ÑO. Pero esta gente con la que voy me toma por loca. Así que al final lo dejo para otro día...


El camino hacia Marymere falls es también alucinante. El musgo "verde fosforito" se come los árboles desnudos por el otoño. Las hojas yacen, amarillas y rojizas, en el camino (me he puesto poetisa un poco, sí). Los colores del otoño son espectaculares. ¡Mamá, tú  alucinarías! Muy mucho. A ti que te encantan tanto los colores del otoño, no darías crédito.







Hikes. Hikes. Y más Hikes (Tito, esto se puede traducir por: caminar por la montaña y la naturaleza). Eso es lo que hemos hecho durante este día. Y ha sido espectacular. Pero también agotador. Creemos morir. Y nos ponemos de camino a Forks. A buscar vampiros y hombres lobo.

Pero el Forks que nos encontramos no es el de la película. Nos han timado otra vez. Resulta que la película se ha grabado en un pueblo en Oregón. Ni siquiera en este estado. ¡Pues vaya estafa!. Yo me enfadaría mucho si fuera ciudadana de Forks. Pero aún así nosotras, bien frikis, nos sacamos fotos con el insti. Aunque no sea el de la película. Qué mas da.



Eso sí. El pueblo da mal rollo. Mucho. Muchísimo. No hay ni un alma por la calle. Llueve. Está oscuro. Y solo está abierta una tienda mexicana. Todo muy extraño. Vemos la película de Crepúsculo al llegar a casa. Para entrar en escena. Y al rato... Luces de policía en la casa de al lado. Miedo. Mucho-miedo. ¿Qué habrá pasado? Están ahí durante más de media hora. Un asesino fijo. O un ladrón. O un vampiro hambriento de sangre... Who knows....!!!

Voy a dormir ya, que es tarde y mañana se trabaja.

Intentaré escribir otra entrada sobre el tercer día mañana. Que el miércoles me voy a pasar Thanks Giving a San Francisco con mi Host Family, y tendré mucho que contar esos días.

Besitos grandes para todos. Buenas tardes/días/ noches.

PD: Hemos encontrado los chinos de Washington. Se llama Dollar Tree y TODO está a un dólar o menos. To-do. To-dí-si-mo. Y me he vuelto loca. Y me he comprado media tienda. Y no tengo remedio. No sé controlarme. Vega-compradora-compulsiva. Y eso.
PD2: Ahhhh, y he sido voluntaria de TEDxSeattle. Con Lara y nuestro amigo Vinay. Muy guay e interesante. Si puedo cuento sobre esto otro día.
PD3: De esto hablaré mas en otra entrada. Pero que no os engañen cuando dicen que la ropa en EEUU es muy barata. Es otro de sus timos. Mentiraza. Zara es tres veces más caro. Y la ropa mala es del precio de la ropa normal en España. No os dejéis engañar.

Aissssss cuántas cosas os tengo que contar, y qué poco tiempo tengo para nada....TIEMPO. Otra vez acosas sin piedad!!!