5 de diciembre de 2016

Cuando visito otro estado más. Y como. Mucho

Gastronómicamente. Más que nada. Sí, porque no he hecho más que comer (ya sé lo que estáis pensando... "para variar".... qué va, si yo no como nada). Pero, ¡eh!, tres estados en dos meses. Nada mal,  ¿no?. Este fin de semana me ha tocado bajar a Oregón. De pasada, pero lo he hecho. 

Digo de pasada porque el plan no era visitar Oregón. Ni conocer Portland. Ese no era el plan principal. Sino... ¡¡HACER HIKING EN UNA CUEVA!! Sí. (Tito, por si no te acuerdas, hiking es caminar por la naturaleza). Y esta vez lo he hecho bajo tierra. Durante dos horas. A oscuras. Totalmente. Bueno, no totalmente. Llevaba una linterna. De las de la cabeza. De esas que no hace falta ni coger con las manos. Por si caes, que no te rompas la cara y puedas poner la mano. De estas:


Y sí, llevo marcas de guerrera. Por si aparecen murciélagos. ¡Que sepan quien manda ahí!.
Y es que hay murciélagos en la cueva, que lo sepáis. Que no es bobada mía. Que había carteles. Por todas partes. Aunque no los viera (porque estaban asustados de mí, claramente), había que prevenir. Que mi mamá siempre me dijo que es mejor prevenir que curar... Pero todo hay que decirlo. Una decepción no verlos... Era de las cosas más creepies de la ruta y ni uno eh... Ni uno. (Yo que ya me veía viviendo en Forks con la familia Cullen...)

Bueno. Al lío. Ape Caves. En el Estado de Washington, frontera con Oregón. Un lugar donde perderse. Tanto sobre como bajo tierra. Y es que la naturaleza que hay en este lugar es simplemente impresionante. Y eso que el tiempo no acompañaba (como suele pasar por esta zona...). 





(Interrupción importante para maldecir a aquellos que me dijeron que aquí no hacía frío, solo llovía. ¡Mentira!. Y grande. No ha empezado el invierno y el frío ya es impresionante. Mi ropa no sirve aquí. Necesito ropa nueva. Caliente. Muy caliente. ADEMÁS, en España nos mienten constantemente. Nos tienen engañados. ¿A quién no le han dicho que la ropa en EEUU es súper barata? TODO mentira. TODO. Lo que en España te cuesta como muchísimo 20 € aquí son 50 $- ahora, haced el cálculo teniendo en cuenta el valor del dólar actualmente. Pues eso. Un timo. Todo)
Y, ¿qué pasa cuando Vega hace un viaje? Que el bañador la acompaña allá donde va. Sí, mis pequeñas noruegas-españolas. Allá donde voy. Y allá donde voy os tengo en mi cabeza. Porque haga el frío que haga, nunca hará más frío que en Kristiansand en Diciembre. Y nosotras estamos inmunizadas. Y podemos con todo. Así que yo, llueva o nieve, me baño. En lago, mar, río o charco. Y qué recuerdos. (Creo que la gente de aquí me empieza a odiar porque todo me recuerda demasiado a Noruega y no paro de hablar de ello). Y me bañé. Y Niko me acompañó. Como dos campeones. Olé ahí. Con 4º C (que aún no sé convertir a Farenheit y hace que me cueste horrores comunicarme con gente americana) y lluvia. Pero nosotros...¡al agua, patos!.


Y nos vamos a Portland. Y unas cervezas para entrar en calor (que noooo Tito, que no es todo lo que hago, no te preocupes por mí). Y un poco de comida tailandesa (con la que están completamente obsesionados en esta zona del noroeste). Y "nachos" de patatas (fritas y de bolsa). Y tortilla de patata. Y fruta. Y chocolate. Y waffles (belgas, de Bélgica, si, de verdad). Y gordura. Máxima. De la de que solo puedes salir a correr y perder calorías o dormir una siesta y morir. Así que mejor dormir...que correr no es lo mío (que como dice mi madre "Correr es de cobardes")

Y más comida al despertar. Sí. Fuera bromas.Que cuando he dicho que ha sido un viaje gastronómico no exageraba... Que si no había tenido suficiente con los waffles belgas de ayer... Hoy desayunamos en "Waffle Window". Y no quiero daros envidia pero... os dejo algunos ejemplos de la locura que es (sí, hay waffle con pollo frito. Y gravy):


Este es el mío, parece healthy y todo ¿ehhhh?




Y tacos. Y burritos. Y donuts (no de Voodoo donuts, pero de Blue star, que están buenos igual).
Y librerías enormes, gigantes. Y food trucks. Y tiendas con estilazo. Y ciudad con estilazo, en general. Y hiking en medio de la ciudad. Y sol. Sí, sol. Y lluvia. Así cada dos minutos. Y farmers market. Y, en general, y viendo lo poco que he visto, también me encanta Portland. Por la comida, más que nada. Que hay mucha. En todas partes. Y porque no hay edificios enormes. No. Son todo casitas. Es Fremont (el barrio hipster de Seattle) en ciudad en lugar de barrio. Y eso es genial.

Esta es la cara que se me queda de ver tanta comida deliciosa.




Por ahora tengo que ir a dormir. Por cierto, si la semana pasada ya era Navidad... No quiero ni contaros lo que es esta semana. Ya tengo mi Ugly Christmas Sweeter para integrarme del todo en la cultura navideña. Y no; no es el típico. Pero es que es feo con ganas. Que es de lo que se trata.




Enriquito, esta es tu vida, no la mía. Es tu deber venir a vivir aquí. Tu felicidad te espera en este país. No lo pienses ni un minuto más.

¡Buenas noches/días a todos!
¡Que la pasen bien!


No hay comentarios:

Publicar un comentario